Durante el Carbonífero, hace más de trescientos millones de años, la erosión de la cordillera formada por la colisión de dos grandes continentes metamorfoseó arcillas y areniscas, y originó la famosa pizarra prioratina.
Estos suelos están constituidos por pizarras y filitas (en catalán, conocidas como llicorella), una roca metamórfica de estructura laminar formada por la compactación de arcillas. Estos suelos son pobres, muy minerales y con poca capacidad de retención de agua. Resultan vinos intensos, concentrados y minerales, que destacan por su calidez y complejidad.
Hace doscientos cincuenta millones de años, una gran cantidad de sedimentos se erosionaron y depositaron en forma de areniscas y conglomerados de una coloración rojiza, y, más tarde, quedaron sumergidos por un mar que ocupaba gran parte de Cataluña. Las dolomitas y calizas que sedimentaron durante este largo período, actualmente forman los riscos de Siurana.
La Morera de Montsant es un núcleo rico en sílex, una roca sedimentaria formada por minerales silíceos, como el cuarzo, que se presenta formando nódulos dentro de la arcilla roja, otra roca sedimentaria, poco endurecida y muy impermeable. Resultan vinos estructurados, frescos y ácidos, con perfiles metálicos y muy verticales.
Hace sesenta y cinco millones de años El Priorat formaba parte de una llanura desértica donde sedimentaban arcillas y areniscas, y, en algunos puntos, se formaban lagos y estratos de rocas calizas lacustres, como las calizas donde se asienta el pueblo de La Morera.
Esta tranquilidad cesó durante la formación de los Pirineos, un acontecimiento que cambió por completo la geología de toda Cataluña y, en especial, la del Montsant. El depósito de grandes cantidades de conglomerados, formados mayoritariamente por cantos rodados calcáreos, dio lugar a los imponentes riscos del Montsant.
Gravas calizas y margas conglomeradas
La presencia de gravas y margas en el suelo es causada por la acumulación de grandes cantidades de materiales conglomeráticos en estos lugares. Las margas son rocas arcillosas ricas en carbonato cálcico, mientras que las gravas son rocas detríticas, formadas por fragmentos de otras rocas, minerales y carbonato cálcico.
Resultan vinos ligeros, estructurados y glicéricos, y, en alguna ocasión, con componentes salinos.